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De la Declaración de Bolonia se pueden extraer las principales lÃneas de cambio propuestas:
1. Adopción de un sistema de titulaciones universitarias basado en dos ciclos (grado (Bachelor) y postgrado (Máster)). El acceso al segundo se supedita a la superación completa del primero, que tendrá una duración mÃnima de tres años y que deberá proporcionar una cualificación reconocida en el mercado laboral europeo. Por lo que se refiere al segundo ciclo, su superación conducirá al grado de master y/o doctorado.
Las posibilidades de distribución de los dos ciclos podrÃan ser:
180 cr. Bachelor (3 años) + 120 cr. Máster (2 años)
240 cr. Bachelor (4 años) + 90-120cr Máster (1,5-2 años)
300 cr. Máster (programa integrado (5 años))
2. EstablecÃmiento de un sistema de créditos común (ECTS) que facilite la movilidad de los estudiantes. Los créditos son una unidad de medida del trabajo del alumno (no de la docencia del profesor) y pueden ser adquiridos en otros contextos, siempre que sean reconocidos por la Universidad receptora.
3. Adopción de un sistema de tÃtulos que permita la comparabilidad a través del denominado Suplemento Europeo al TÃtulo. Su propósito es ofrecer un volumen suficiente de datos para aumentar la transparencia y un correcto reconocimiento académico y/o profesional del tÃtulo en toda Europa.
4. Promoción de la movilidad de estudiantes, profesores, investigadores y personal de administración.
5. Promoción de la cooperación europea para asegurar similares niveles de calidad, asà como para el desarrollo de criterios, metodologÃas y cualificaciones comparables.
6. Promoción de la dimensión europea en la educación superior y, en particular, de un desarrollo curricular armónico en Europa.
El crédito europeo de transferencia y acumulación (ECTS) es una unidad que está basada en el trabajo del alumno (workload), de tal forma que representa todo el volumen de trabajo que un alumno tiene que realizar para superar una determinada asignatura. Esto incluye, no sólo las horas de docencia presencial, sino también el tiempo dedicado a los trabajos prácticos, seminarios, tutorÃas, docencia virtual (e-learning), horas de estudio personal, asà como los exámenes u otros sistemas de evaluación.
El volumen de trabajo del alumno durante un año se traduce en 60 créditos, y se calcula que cada crédito constituye 25/30 horas de trabajo.
Naturalmente, esta redefinición del crédito ha de acompañarse de una revisión de los planes de estudio y de las asignaturas que deberán ser redimensionadas en función de las nuevas directrices. Igualmente, la idea de que el crédito esté basado en la actividad del alumno (el aprendizaje) y no en el tiempo de docencia presencial del profesor (como viene siendo tradicional) hace necesaria la reconsideración de los modelos docentes habituales y nos llevará a implementar otros sistemas de enseñanza más allá de la lección magistral. AsÃ, los profesores tendremos más facilidad para servirnos de otros sistemas tales como las tutorÃas, los seminarios, los trabajos prácticos, la docencia no presencial, etc. como complemento a los sistemas expositivos clásicos.
La utilización del crédito ECTS también conlleva la adopción de un sistema de calificaciones uniforme (ECTS grades) en toda Europa que permita la comparación entre los distintos sistemas. Ver: (Doc15)
Igualmente, hay que tener en cuenta que el nuevo sistema tendrá que ir acompañado de una nueva forma de considerar la dedicación del profesorado, de tal forma que no tenga en cuenta sólo las horas de docencia presencial y tutorÃas, sino que tome en consideración los nuevos modos docentes y, por tanto, de dedicación que para el profesor conlleva este nuevo sistema.
El antecedente del sistema de créditos ECTS está en los programas de movilidad de estudiantes (ERASMUS y SÓCRATES/ERASMUS) que comenzaron a utilizar este sistema de créditos para facilitar el reconocimiento académico de los estudios realizados fuera de la propia universidad en 1989. Este modelo se generalizó para los programas de intercambio a partir de 1995.
Tomando en cuenta la experiencia obtenido durante estos años con dichos alumnos de intercambio, actualmente se pretende la generalización del sistema, no sólo para estos estudiantes, sino para todos los estudiantes europeos.
Las principales ventajas pueden ser las siguientes:
- Aumentará la transparencia porque permite comparar y comprender mejor los diversos sistema educativos.
- Mejorará el reconocimiento de las cualificaciones académicas y profesionales, lo cual repercutirá en la empleabilidad en toda Europa.
- Proporcionará la flexibilidad necesaria para tender puentes entre distintos tipos de formación en Europa que favorecerán la formación continua.
- Facilitará la movilidad regional, nacional e internacional porque ofrece la posibilidad de reconocimiento de los estudios realizados (transferencia de créditos).
- Facilitará la cooperación entre instituciones europeas, por ejemplo para la creación de planes de estudio conjuntos.
La asignación de créditos ECTS debe hacerse tomando en cuenta la estructura global del plan de estudios y el esquema del curso académico normal que el estudiante debe superar, que tendrá un volumen medio de 60 créditos. Este sistema permite hacer una distribución más equilibrada de los créditos que si se adjudicaran asignatura por asignatura de forma independiente
Deben asignarse créditos ECTS a todas las unidades de curso impartidas (asignaturas troncales, optativas, prácticas, proyectos de final de carrera, etc.)
- Declaración de la Sorbona (1998). Ver: (Doc6)
- Declaración de Bolonia (1999). Ver: (Doc7)
- Comunicado de Praga (2001). Ver: (Doc8)
- Convención de Salamanca (2001). Ver: (Doc9)
La situación de los paÃses de la europeos en el proceso de implantación de los créditos es muy desigual (Ver: Doc11), de forma que algunos ya tienen implantado el sistema, otros están en vÃas de hacerlo y otros aún lo están estudiando.
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Aspectos claves del cambio propuesto
Preguntas más frecuentes